Había cambiado mucho, su cara era otra nada que ver con la que tenía hacía unos años cuando se la pasaba haciéndome llorar cuando estiraba mi cabello y me hacia bromas pesadas. En verdad lo odiaba, pero de alguna manera me sentí aliviada ya que nunca pensé encontrarme a una persona conocida en ese momento. Rápido hice que soltara mi brazo, no lo soportaba cerca de mí, le hice mala cara y le dije:
-¿Quién te crees para tirarme así del brazo? Salvaje.
Él solo sonrió, era tan despreocupado, eso elevaba mi cólera hacia él, con esa tonta sonrisa aun en el rostro me dijo:
-¿Y por qué tan sola en el aeropuerto de Seúl? No me digas que perdiste el camino de regreso a casa, vamos te llevaré. Dime donde es que te hospedaras.
Intento tomar mi mano suerte que soy ágil y la moví tan pronto intento unirla a la suya. Cruce los brazos y le di la espalda.
-Valla veo que ahora te has vuelto rebelde y salvaje, y que pasaría si intento jalar tu cabello como en los viejos tiempos, ¿saldrías llorando?
Tomo un mechón de mi cabello y lo jalo hice como si no me importara y seguí ignorándolo, de nuevo estiro mi cabello pero esta vez con más fuerza, esta vez no podía ignorarlo ya que me había dolido voltee y estaba lista para plantarle una patada en la espinilla cuando alguien se me adelanto, era Jung Min que me había
encontrado y había detenido mi patada, se interpuso entre esa persona y yo, me sentí tan feliz estaba siendo protegida por la alguien al que nunca imagine conocer, asome mi cabeza por un costado de Jung Min y le hice una cara fea, después de un silencio al fin él se animo a romperlo:
-Veo que tienes un protector, que ¿es tu novio? No me digas que me cambiaste por este.
Eso me hizo arder en ira, salí de donde Jung Min me estaba protegiendo y le dije:
-Tú quien te crees para llamarlo “este”, déjame en paz ¡te odio, te detesto no te soporto! No sé porque me tuve que encontrar contigo y que te quede claro tú y yo nunca tuvimos nada que ver y nunca pasará, así que desaparece.
Dio la media vuelta y se marchó me sentía furiosa, quería alcanzarlo y golpearlo hasta la muerte pero me controle ya que era mi primera vez en el país no quería ser deportada de inmediato, además Jung Min estaba conmigo no quería darle una mala impresión.
Estábamos en el coche a punto de salir del aeropuerto cuando vi que Jung Min sacaba de la guantera de su auto un pequeño aparato negro con muchas teclas unas tenían hangul y había unas más abajo que eran el alfabeto que yo conocía. Antes de arrancar escribió algo en él, y me lo dio fue cuando me di cuenta que era un traductor de mano, leí lo que había escrito:
-“¿Estás bien?” –Lo miré y sonreí, comencé a contestarle escribiendo:
-“Si gracias por preocuparte por mí, descuida ese tipo jamás volverá a aparecer.”
Leyó mi respuesta y escribió algo más:
-“¿Puedo saber quién era?”- Me sentí algo frustrada ya que tenía que contarle una historia que no era agradable de recordar y comencé a escribir:
-“Cuando tenía 6 años…
*flash back*:
*Maestra: Buenos días niños, soy su profesora me llamo Sandra espero y disfruten su primer año de primaria al máximo. Ahora tomen un cuaderno de sus mochilas y anoten lo que escribiré en el pizarrón ¿de acuerdo?
*Niños: ¡Sí!
*Me apresure a sacar mi cuaderno de mi nueva mochila, era muy bonita ya que era rosa. Coloque mi cuaderno sobre el mesa banco cuando sentí un horrible jalón de cabello, de inmediato comencé a llorar y voltee a ver quien había sido el culpable, había sido ese niño blanco de ojos verdes con el cabello castaño, recordé que lo había visto en la fila para antes de entrar a los salones y hasta me pareció lindo, los compañeros que tenía cerca llamaron a la profesora ya que yo estaba llorando ya que había deshecho el peinado tan especial que mi mamá me había hecho para mi primer día de clases. La profesora se acerco a mí y me pregunto qué había pasado le conté e hizo que ese niño me pidiera una disculpa. Después de ese día comenzó mi calvario cada vez que me topaba con él terminaba llorando, desde ese día hasta el día que termine la escuela primaria sufrí por su culpa pero el día de mi graduación decidí ya no dejar que ningún hombre se burlara de mi, así fue como con ese pensamiento termine sin problemas la preparatoria.*
Le pase el traductor a Jung Min para que pudiera leer mi historia que aunque era algo incomodo para mi recordarla no tenía nada de malo que el supiera algo de mi pasado, me miro y puso su mano en mi cabeza y después toco mi nariz tal y como lo había hecho Eun Hwa, al instante mi cara se puso roja solo agache la mirada al ver que él me devolvía en traductor con algo escrito:
“No te preocupes, ese granuja nunca te volverá a hacer llorar no lo permitiré, pero nunca me dijiste su nombre ¿puedo saber cuál es?”
Ah! Lo había olvidado por completo creo que en ese instante no lo recordaba pero después su nombre vino a mí como un rayo muy doloroso, Santiago.
“Se llama Santiago, quizá no sea un nombre conocido en Corea”
Después de leer mi respuesta comenzó a tratar de pronunciar el nombre de ese salvaje, a decir verdad se veía algo gracioso ya que tenía un acento algo extraño, comencé a reír por lo bajo tratando de que no se diera cuenta pero lo hizo solo dijo “Hey!” y el también se hecho a reír ese momento se sintió como si nos conociéramos desde hace años, puso en marcha el auto y nos incorporamos a la calle donde había autos de todos tipos, en verdad era diferente a mi México pero Corea me gustaba así que desde ese momento me rete a mi misma: Pase lo que pase terminaré mis estudios aquí y seré feliz por siempre. Jung Min se orillo, al parecer era alguien al que conocía…un momento yo también sabía quién era.
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