Bajamos del auto y entramos a la heladería, era la misma en la que Jung Min me había comprado el helado.
-Toma. Comételo antes de que se derrita.
Todo el tiempo que estuve con él me sentía apenada, como si estuviera con alguien que me gustara.
-¿Me puedes llevar de regreso? Necesito llamar a mi mamá.
-¿Pero que no puedes llamarla desde tu teléfono?
-No, nosotras hablamos por video llamada, a esta hora ya debe estar en línea.
-Está bien.
Llegamos a casa de Jung Min.
-Me voy.
-¿Espera-me tomo por el brazo-tengo una oportunidad contigo?
-…ah…ahh me tengo que ir.
Me solté y corrí a la casa. Cerré la puerta y me quede un momento ahí, en realidad estaba sorprendida. Cuando estaba más tranquila subí a mi habitación.
Me sorprendí ya que encontré a Jung Min espiando mi habitación, justo cuando me vio cerró la puerta sorprendido, no me miro y se encerró en la suya.
-Qué raro, que hacia Jung Min espiando en mi habitación. Bueno se lo preguntare después, mamá debe estar esperando.
Abri mi computadora y las horas se pasaron como agua hablando con mi mamá. Cuando me di cuenta eran ya las 2 de la mañana.
-Uff, esta vez me excedí. Iré por un vaso de agua antes de terminar de alistarme para dormir.
Salí de mi habitación, y baje las escaleras, me sentía de verdad sedienta, termine de un trago mi vaso, ya estaba satisfecha.
-¡DIOS MÍO!
Fue lo único que pude decir antes de que él cubriera con su mano mi boca. Jung Min me arrastraba hacia su habitación pero no entendía por qué. Mi salvación estaba terminando de subir las escaleras, era Eun Hwa que se había despertado con mi grito.
-¿Qué pas…? ¡Oppa! *¿Que estás haciendo? ¡Déjala ir! La estas lastimando*
Jung Min me soltó de inmediato, no entendí lo que Eun Hwa le dijo pero me sentí aliviada
-¿Estás bien?
-Si no te preocupes, pero no lo regañes unnie.
-¿Como no lo voy a hacer? Mañana hablaremos de esto, si seguimos mis padres pueden despertarse. *Oppa, esto no se queda así, mañana me explicaras porque la trataste así*
Eun Hwa me mando a dormir, la verdad no entendía que pasaba con Jung Min. Entre a mi habitación y solo quería tirarme en mi cama y dormir pero no podía, seguía pensando en Jung Min.
-¿Qué le pasa? Estará molesto por culpa de Santiago…-me levante de golpe de la cama- ¿¡ESTA CELOSO!? NO NO! Como puedes pensar eso Paola, ni siquiera le gustas, me lleve la mano al pecho ya que me sentí algo agitada de inmediato sentí el collar de Zanahoria,
-¿De dónde saliste?
En ese momento alguien toco mi puerta, me asuste y me deje caer en la cama, me enrolle en mis sabanas y me hice la dormida. Sentí como alguien se sentaba a la orilla de mi cama, al principio solo estaba ahí, pero después de un rato comenzó a acariciar mi cabello.
-Mianhamnida.
Y después de escuchar esa palabra, sentí un beso en la mejilla. Abri los ojos de golpe. Estaba algo aturdida, cuando mis ojos se adaptaron a la oscuridad pude ver una persona parada cerca de mi cama.
-¿Quién eres? ¡Te puedo hacer daño así que no te atrevas a tocarme!
Tome una almohada y comencé a perseguirlo mientras gritaba al estilo Xena, La Princesa Guerrera. Esa persona solo se agacho mientras yo lo golpeaba a almohadazos, después vi como se reincorporo y sujeto uno de mis brazos, con el que aún tenía libre hice lo que pude para defenderme, fue en vano. Me tomo por las muñecas mientras me acorralaba, tropecé con la pata de la silla de mi escritorio y caí al suelo, él sobre mí. La luz de la ventana aluzaba un poco en ese lado de la habitación, fue cuando me di cuenta que era Jung Min el que había entrado a mi habitación a mitad de la noche y me había besado en la mejilla.
Ahora el estaba prácticamente sobre mí, sus manos seguían aferradas a mis muñecas, tenía puesta su pijama, yo solo una playera extra grande que siempre usaba para dormir. Me sentía incomoda, sentí como su respiración estaba agitada, la mía también. De pronto el comenzó a acerarse lentamente a mi rostro, me miraba tiernamente a los ojos. Yo estaba nerviosa pero a la vez deseaba que Jung Min me besara, sentí como la punta de su nariz rozo con la mía, estaba a punto de besarme.
-Que pasa ahora Paola, porque gritabas tan extra…oh veo que están arreglando sus diferencias.
Eun Hwa nos descubrió.
escritora: Paola Morales
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