¿En verdad se olvido de mi?, ¿Tanto me odiaba?, eran las únicas preguntas que rondaban por mi cabeza al verla paseando por la casa como si nada hubiera pasado, me dolía verla tan despreocupada, hace unos días había tenido un accidente que borro parte de su memoria.
De todos sus recuerdos solo me olvido a mí.
Solo quería gastarle una broma presentándole a mi “novia”, quería ver una de sus divertidas reacciones que tanto me gustan. No fue la reacción que yo esperaba, fue por mi culpa, solo yo era culpable de que ella se hubiera olvidado de mí.
Mi corazón experimento un terrible dolor al enterarme que un auto la había embestido justo después de haberle presentado a aquella chica, ahora esta misma no me dejaba en paz. Era una chica a la cual había conocido unos años antes, una extraña y loca amiga de Hyun Joong-shi. Ahora no dejaba de llamarme, dejarme miles de correos electrónicos y seguirme a todos lados.
En verdad me sentía culpable; la encontré caminando por un pasillo de la casa. La besé, no pude evitarlo, la extrañaba, su aroma, su tersa piel, sus reacciones. Ahí estaba, su cara molesta que tanto me hacía querer reír, era la misma de siempre, vi venir la inevitable bofetada; se detuvo en seco. Respondió a la llamada que entraba en su teléfono; de pronto su expresión cambio. Intento irse, la inercia me orillo a querer retenerla por la fuerza, así que la sujete por el brazo. Ella intento zafarse de mí, pero la tome con más fuerza aún, hizo una mueca de dolor, comprendí que la estaba lastimando con mucho dolor en mi corazón la deje ir, en verdad sentía que era la última vez que la vería, que si salía por esa puerta no volvería a saber de ella, no podía permitirlo, tenía que hacer algo para que me recordara de nuevo.
Recordé de pronto aquel regalo que le tenía preparado. Corrí lo más rápido que pude hacia mi habitación
-Hola Nana, ¿estás lista para conocer a tu nueva dueña? Ella es hermosa, la amarás con al instante, así como me paso a mí.
Tome la correa y me dirigí con Nana hacia dentro de la casa, deje de sostener la correa por un momento para poder cerrar bien la puerta cuando Nana salió corriendo hacia las escaleras, no pude detenerla. Llegue a las escaleras y mi babo favorita estaba completamente en el suelo, creo que Nana la había empujado con demasiada fuerza; no estaba consciente, Nana lamia su cara. Pronto recobro el conocimiento
-Are you ok? – le pregunte algo preocupado.
Dijo algo que no pude entender.
-What? I can’t understand – le dije
-Oh, I’m ok, thanks.
-Excuse me, Nana is crazy and she got out of my room very fast.
Se levanto a duras penas del suelo, acaricio dulcemente la cabeza de Nana y camino hacia su habitación. Otra vez yo tenía la culpa. Tome de nuevo a Nana y camine hacia mi habitación, estaba ahora más triste. Al pasar por su habitación note que la puerta estaba entreabierta rápido deje a Nana en mi habitación y volví a su habitación para pedirle disculpas.
La encontré sentada en su cama, no tenía puesta su blusa, sentí una extraña sensación en mí. En verdad ya no era una niña. Trataba torpemente de curar una herida en su espalda, quizá fue producto de la caída de las escaleras. Entre sigilosamente y me propuse ayudarla a curarse. Me dijo algo.
-Qué bueno que llegas Eun Hwa, no podía hacerlo sola…
Solo pude entender el nombre de mi Noona. Ya no podía resistirme, el tocar su espalda desnuda despertó en mí esas sensaciones que nunca había sentido con ninguna otra mujer, me arme de valor y desabroché su sostén.
Escritora: Paola Morales
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