Pude
reconocerlo perfectamente, traía puestas las mismas gafas de sol del
día en que nos conocimos, su ropa en general era oscura, algo que era
extraño en el ya que siempre vestía muy alegre. A su lado, estaba esa
chica, su prometida. Definitivamente estaban ahí por algo y yo sabía
perfectamente el porqué.
Baje mi cabeza, me cubrí la cara con mi bolso y entre al consultorio, estaba un poco nerviosa.
Después de entrar me detuve un momento detrás de la puerta, tome un poco de aire y caminé hasta la silla de pacientes. Detrás de una cortina apareció un doctor muy joven, sus rasgos no eran coreanos, su piel era algo pálida. Si, lo acepto; estaba de muy buen ver.
Me dio los buenos días:
-Buenos días, soy el doctor Jiang
-Buenos días doctor – enlazamos las manos- me llamo Paola.
-Dime Paola, ¿Cuántos años tienes? Y ¿Cuál es el motivo de tu visita?
-Tengo 19, el próximo mes cumplo 20. Y vengo a una ecografía. – en ese instante con mis brazos “abrace” a mi chicharito.
El doctor me miro asombrado,
-Wow, veo que serás una mamá muy joven.
Espero que su papá este trabajando para el bien de su hijo.
Baje la cabeza, había vuelto a recordar mi pasado con Jung Min.
-Soy madre soltera – dije con un tono serio y triste
-Bueno, eso me alegra. Vamos acompáñame a la camilla, recuéstate y sube tu playera un poco tengo que aplicar un gel en tu abdomen – el doctor busco el gel, antes de aplicármelo me advirtió – esta algo frío así que espero que estés preparada – me dijo con una sonrisa
Y efectivamente, el gel estaba frío que di un pequeño salto en la camilla, el doctor rio por lo bajo. Lentamente empezó a explicarme como servían todos los instrumentos que iba a utilizar para poder ver a mi chicharito.
-Bueno, llego el momento de que madre e hijo se conozcan.
Al principio no entendía nada de la imagen, estaba muy confusa, mientras yo intentaba encontrar la forma, un movimiento muy peculiar en la pantalla llamo mi atención.
-¡ES SU CORAZONCITO! – grite con emoción.
-Así es, y late muy bien. Esta contento de conocer a su mamá, creo que ya se dio cuenta que es muy bonita.
Al momento no puse atención a las palabras del doctor, yo seguía embelesada mirando como latía ese pequeño corazoncito. Rápido mi cabeza recordó.
-Es niño, ¿verdad?
El doctor no me miró, miraba a la pantalla y le hablo a la misma.
-Tú mamá además de ser muy bonita es muy inteligente, ya sabía que eres un pequeño hombrecito.
Mi corazón estaba muy contento, había acertado, era un chicharito. Era mi hijo.
La ecografía había terminado, tenía que bajar de la camilla, el doctor Jiang tomo mi mano y me ayudo a bajar. Era muy amable.
-Gracias – dije con una sonrisa
-De...de nada. – parecía como si el doctor estuviera sintiéndose mal. Se había quedado pasmado, tuve que pasar varias veces mi mano frente a su cara.
-¿Doctor? – dije, mientras pasaba mi mano frente a su cara. El reacciono y tomo mi muñeca. Me asusto. Me miraba fijamente.
-Ah...ah… lo siento – dijo soltado mi mano bruscamente.
-No se preocupe – dije mientras con mi otra mano trataba de masajear mi adolorida muñeca.
-Por favor vuelva los siguientes meses, necesitamos estar al pendiente de su bebé. Pero por favor vuelve.
-Lo haré.
Rápido corrió a su escritorio, saco un pequeño pedazo de papel y en el anotó algo.
-Este es mi número, si necesitas algo, cuando tengas una urgencia o simplemente quieras pasear llámame.
-Está bien, muchas gracias doctor Jiang. Nos veremos en un mes entonces.
-Lo esperaré con ansias. –el doctor se inclino frente a mi, me miro y me pregunto - ¿Puedo? – yo asentí.
-Pequeño, nos vemos aquí en un mes, por favor crece fuerte y no le des muchos problemas a tu mamá, ¿entendido?
Me sentí un poco avergonzada, era la primera vez que un hombre le hablaba así a mi bebé.
Reaccione y me despedí rápido, sabía que Jung Min estaba en la misma clínica. Tenía que desaparecer.
-¡Nos vemos entonces doctor! – salí disparada del consultorio, salí a la calle a esperar un taxi, espere 5 minutos pero ninguno estaba disponible. De pronto un auto blanco muy lujoso se aparco frente a mí, me hice hacia atrás. El vidrio de la ventana comenzó a bajar. Era el doctor Jiang.
-Sube, yo te llevo.
Escritora: Paola Morales
Baje mi cabeza, me cubrí la cara con mi bolso y entre al consultorio, estaba un poco nerviosa.
Después de entrar me detuve un momento detrás de la puerta, tome un poco de aire y caminé hasta la silla de pacientes. Detrás de una cortina apareció un doctor muy joven, sus rasgos no eran coreanos, su piel era algo pálida. Si, lo acepto; estaba de muy buen ver.
Me dio los buenos días:
-Buenos días, soy el doctor Jiang
-Buenos días doctor – enlazamos las manos- me llamo Paola.
-Dime Paola, ¿Cuántos años tienes? Y ¿Cuál es el motivo de tu visita?
-Tengo 19, el próximo mes cumplo 20. Y vengo a una ecografía. – en ese instante con mis brazos “abrace” a mi chicharito.
El doctor me miro asombrado,
-Wow, veo que serás una mamá muy joven.
Espero que su papá este trabajando para el bien de su hijo.
Baje la cabeza, había vuelto a recordar mi pasado con Jung Min.
-Soy madre soltera – dije con un tono serio y triste
-Bueno, eso me alegra. Vamos acompáñame a la camilla, recuéstate y sube tu playera un poco tengo que aplicar un gel en tu abdomen – el doctor busco el gel, antes de aplicármelo me advirtió – esta algo frío así que espero que estés preparada – me dijo con una sonrisa
Y efectivamente, el gel estaba frío que di un pequeño salto en la camilla, el doctor rio por lo bajo. Lentamente empezó a explicarme como servían todos los instrumentos que iba a utilizar para poder ver a mi chicharito.
-Bueno, llego el momento de que madre e hijo se conozcan.
Al principio no entendía nada de la imagen, estaba muy confusa, mientras yo intentaba encontrar la forma, un movimiento muy peculiar en la pantalla llamo mi atención.
-¡ES SU CORAZONCITO! – grite con emoción.
-Así es, y late muy bien. Esta contento de conocer a su mamá, creo que ya se dio cuenta que es muy bonita.
Al momento no puse atención a las palabras del doctor, yo seguía embelesada mirando como latía ese pequeño corazoncito. Rápido mi cabeza recordó.
-Es niño, ¿verdad?
El doctor no me miró, miraba a la pantalla y le hablo a la misma.
-Tú mamá además de ser muy bonita es muy inteligente, ya sabía que eres un pequeño hombrecito.
Mi corazón estaba muy contento, había acertado, era un chicharito. Era mi hijo.
La ecografía había terminado, tenía que bajar de la camilla, el doctor Jiang tomo mi mano y me ayudo a bajar. Era muy amable.
-Gracias – dije con una sonrisa
-De...de nada. – parecía como si el doctor estuviera sintiéndose mal. Se había quedado pasmado, tuve que pasar varias veces mi mano frente a su cara.
-¿Doctor? – dije, mientras pasaba mi mano frente a su cara. El reacciono y tomo mi muñeca. Me asusto. Me miraba fijamente.
-Ah...ah… lo siento – dijo soltado mi mano bruscamente.
-No se preocupe – dije mientras con mi otra mano trataba de masajear mi adolorida muñeca.
-Por favor vuelva los siguientes meses, necesitamos estar al pendiente de su bebé. Pero por favor vuelve.
-Lo haré.
Rápido corrió a su escritorio, saco un pequeño pedazo de papel y en el anotó algo.
-Este es mi número, si necesitas algo, cuando tengas una urgencia o simplemente quieras pasear llámame.
-Está bien, muchas gracias doctor Jiang. Nos veremos en un mes entonces.
-Lo esperaré con ansias. –el doctor se inclino frente a mi, me miro y me pregunto - ¿Puedo? – yo asentí.
-Pequeño, nos vemos aquí en un mes, por favor crece fuerte y no le des muchos problemas a tu mamá, ¿entendido?
Me sentí un poco avergonzada, era la primera vez que un hombre le hablaba así a mi bebé.
Reaccione y me despedí rápido, sabía que Jung Min estaba en la misma clínica. Tenía que desaparecer.
-¡Nos vemos entonces doctor! – salí disparada del consultorio, salí a la calle a esperar un taxi, espere 5 minutos pero ninguno estaba disponible. De pronto un auto blanco muy lujoso se aparco frente a mí, me hice hacia atrás. El vidrio de la ventana comenzó a bajar. Era el doctor Jiang.
-Sube, yo te llevo.
Escritora: Paola Morales
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