En las relaciones
personales de los Japoneses está siempre muy presente la confianza con
la otra parte. Esta confianza y entendimiento es siempre la base de toda
buena relación.
Incluso en el trabajo se observa este comportamiento.
Los compañeros de trabajo están prácticamente obligados a hacerse
amigos. Por ello es muy normal quedar después de la jornada laboral para
ir al karaoke o a tomar unas copas varias veces a la semana.
También
con sus clientes y proveedores se espera este tipo de comportamiento de
socialización.
Todas esas horas necesarias de socialización después del trabajo
unido a una ya larga jornada laboral, es uno de los grandes problemas de
la familia Japonesa y una de las razones de tener la menor tasa de
natalidad del mundo.
El padre, que suele
ser el único que trabaja, sale de su casa antes de que se despierten
sus hijos y vuelve una vez que ya se han acostado.
Aunque esta socialización tiene sin lugar a dudas el lado negativo
del incremento del número de horas fuera de casa, también tiene el lado
positivo del incremento de comercio y negocio para las empresas, así
como la facilidad de resolver los problemas cuando estos se presentan
sin tener que llegar a los jueces.
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