miércoles, 18 de julio de 2012

Capitulo 32: Complicaciones Parte




Los meses habían pasado, ahora ya tenía una barriga enorme de 7 meses, ya me sentía un poco más cansada pero mi felicidad nunca dejo de ser la misma.

Todas las mañanas despertar y tenerlo a mi lado, ver de cerca su cara, sentir su respiración, era uno de los regalos más grandes que la vida me pudo dar.

Esa mañana parecería que iba a ser normal. Me levante de la cama no sin antes darle un pequeño beso a Jung Min en la nariz, al momento de dar el primer paso sentí como todo el mundo debajo de mi se movía. Fue inevitable caer de rodillas, el estomago me dolía como nunca, apreté los dientes y con mi mano tomaba con fuerza una de las sabanas de la cama. No quería despertar ni asustar a los demás.

Como pude me arrastre hacia la puerta, solo llegue a la mitad del camino, ya no tenía más fuerzas intente caer lo mejor posible en el suelo, no quería lastimar a mi chicharito. Todo mi mundo se apago.

Cuando desperté estaba en una sala de hospital, Jung Min estaba durmiendo a mi lado, tomaba mi mano con fuerza, yo estaba conectada a muchos tubos, estaba algo asustada.

Mis piernas estaban sobre algo que yo solo había visto por videos de partos, eran unas cosas que mantenían mis piernas separadas. Mire a todos lados, buscaba algún doctor. Y fue cuando lo vi.

-¿Ya estas mejor? –dijo él con una sonrisa-

Asentí con la cabeza

-Parece que tu chicharito ya quiere venir a conocer a su hermosa madre.

No me había percatado que Jung Min ya había despertado, estaba de pie y miraba fría y fijamente al doctor Jiang.

-¿Qué haces tu aquí? –Pregunto Jung Min al doctor Jiang-

-Soy quién la está cuidando a ella y a tu hijo. ¿Algún problema?

-Tch! –Jung Min hizo un gesto- No te le acerques más de lo necesario, yo estoy con ella no te necesita.

-MIRA INSECTO …

La pelea ya se había puesto acalorada, pero algo interrumpió, Yo.

Un dolor intenso me estaba llenado el cuerpo, la fuente, mi barriga. Intente contenerme pero fue inevitable lanzar un alarido de dolor, tome las sábanas con fuerza y me retorcía en la camilla del hospital. Rápido Jung Min se acerco a mi, torpemente tocaba mi cara.

Yo aún seguía en mi intento por sobrevivir a ese dolor. Vi como la sala se llenaba de enfermeras y muchas más personas, el doctor Jiang estaba guiándolos a todos, una de ellas trajo una aguja, antes de que pudiera sedarme me desmaye.

Escritora: Paola Morales

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